Por Manu Barba
Estudiante de Arquitectura
Cuando era pequeño iba mucho a casa de mis abuelos, una pequeña vivienda en el barrio obrero de un pueblo perdido de la Mancha. La casa era una vivienda sencilla, de muros de carga de ladrillo encalados y cuatro habitaciones, una de ellas construida por mi abuelo. Esa casa siempre me pareció, desde pequeño, un refugio cálido y acogedor, pero de entre todos los puntos de la casa, el más agradable era el patio. Un patio de tapias blancas, con un olivo, un manzano, un níspero y unas cuantas flores
El
patio era el lugar de la casa donde se hacía vida, mi abuelo sacaba la
barbacoa, cenábamos. Los niños, aunque estuviera lloviendo salíamos al patio,
donde enseguida el aroma de los árboles y las flores que mi abuela tenía en los
maceteros nos embargaba. Allí jugábamos, nos picaban los mosquitos, nos
peleábamos, reíamos. Era curioso ver que las ventanas que daban a la calle,
apenas se utilizaban, casi siempre tenían los postigos puestos, eran
secundarias, mientras que las del patio siempre estaban abiertas, llenando las
habitaciones que daban a él de una atmósfera peculiar
Esta
casita, totalmente anónima, situada en un lugar igualmente anónimo, contiene en
las trazas de su expresión, el resumen de la arquitectura mediterránea a lo
largo de los siglos.
El patio es un elemento del que se tiene constancia desde épocas inmemorables. Ya los griegos en su concepción de la vivienda básica incluían un patio como preámbulo del hogar, donde relacionarse con el agua y los animales.
El patio es un elemento del que se tiene constancia desde épocas inmemorables. Ya los griegos en su concepción de la vivienda básica incluían un patio como preámbulo del hogar, donde relacionarse con el agua y los animales.
El
modelo de vivienda griega se ha estado aplicando a lo largo y ancho del
mediterráneo hasta el momento actual, un modelo de vivienda, con diferentes
nombres y ejemplos, que romanos y árabes adoptaron como propio y que ya calza
miles de años de antigüedad
¿Por
qué funciona un patio?
Un
patio en origen es un espacio de servicio, útil. En la antigüedad era usado
como un espacio de servicio, donde tener acceso al agua, donde se situaban los
animales. En la vivienda de clase baja era un espacio de trabajo, sin embargo
en los palacios la cosa cambiaba.
El
patio de un palacio era un espacio de exhibición y sobrecogedor. Sin lugar a
duda los espacios más destacables de este tipo fueron los construidos por los
árabes.
Los árabes iban más allá del patio como espacio de servicio, lo transformaban en un espacio de reflexión. Así, hasta las viviendas más humildes poseían un espacio donde no solo la arquitectura era lo más cuidada posible, se cuidaban todos los sentidos, el olfato con el olor de las plantas, el oído con el rumor del agua... Además, descubrieron un sistema de regulación natural de la temperatura basado en la renovación del aire y su intercambio de temperatura con el agua.
Los
árabes le dieron al patio sensibilidad, le dieron conciencia. Hicieron del
patio, en origen el espacio de trabajo, denostado, el lugar más importante de
la vivienda, teniendo su culmen en la Alhambra de Granada, de la cual
hablaremos en otro momento, no muy lejano espero.
El
concepto de patio se revalorizó con la llegada del movimiento moderno, con el
que los grandes arquitectos de este movimiento como Mies Van der Rohe, le
Corbusier o Alvar Aalto experimentaron,
aunque desde enfoques muchas veces diferentes. He aquí tres ejemplos de los
razonamientos de estos arquitectos alrededor de este concepto
Casas con patio, Mies Van Der Rohe |
Mies Van der Rohe, en este ejemplo de experimentación para el CIAM, crea unas viviendas con un patio totalmente acotado por una tapia y líneas de gran ortogonalidad. Las viviendas poseen cerramientos totalmente acristalados a estos patios lo cual hace que la naturaleza penetre hasta el interior de la vivienda convirtiendo exterior en interior, haciendo a la naturaleza parte integrante de la vida cotidiana de la casa.
En
este ejemplo, Le Corbusier integra un patio elevado en una vivienda en mitad
del bosque. Pese a tener la naturaleza externa, Le Corbusier acota este espacio
desde el cual se puede dominar el exterior y a la vez sentír el calor y el
abrigo del hogar, trayendo la naturaleza al interior del hogar, pero
estableciendo unos límites claros y graduales entre naturaleza, patio e
interior.
Muuratsalo, Alvar Aalto |
Alvar
Aalto pese a ser del movimiento moderno está mucho más relacionado con el
organicismo, un movimiento que busca las formas suaves integrándose y
respetando el contexto natural que rodea a los edificios. Esta vivienda de
Alvar Aalto fue su “laboratorio de experimentación” en ella trabaja nuevos
materiales y sistemas constructivos. Sin embargo lo más llamativo de esta
vivienda nórdica es el patio, elemento del cual se enamoró Aalto en sus viajes
por el mediterráneo y que decidió exportar a Finlandia.
En
esta vivienda, el patio, sin estar cerrado, crea un límite entre la naturaleza
salvaje finlandesa y el hogar alrededor de una pequeña hoguera enterrada en la
tierra, evitando destacar entre la continuidad del suelo interior y el del
bosque
Espero
que este post, aunque breve, os haga ver más allá de cuatro paredes la próxima
vez que entréis en un patio.
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